Nada más bajar del avión en Palermo lo que a uno le pide el cuerpo, y más si es aficionado a los gángsters, a las vendettas, a la mafia y, sobre todo, al cine, es ir corriendo, con maletas y todo, hasta las escalinatas que suben hasta el Teatro Massimo. Allí finaliza la Trilogía de El Padrino y es el mejor principio para este viaje en nuestras vacaciones en Sicilia.