Ahora que el verano está en su momento álgido, acercándose poco a poco (o demasiado rápido, pensarán los que están de vacaciones ahora y vuelven al trabajo en agosto) a su mitad, toca empezar a pensar de verdad en ese viajecito que tenemos pensado hacer, sea del estilo que sea. Desde una escapadita de fin de semana hasta varias semanas explorando otros países, si la idea es desplazarnos en coche siempre corremos el riesgo de encontrarnos atrapados en un atasco.
Podríamos renunciar al coche y olvidarnos de los odiosos embotellamientos, pero estaríamos también renunciando a la libertad y flexibilidad que aporta viajar así. ¿No es posible irse de vacaciones sin tener que perder valiosas horas atascados? Si bien no hay una fórmula infalible y el riesgo está siempre ahí, sí que hay algunas cosas que puedes hacer para reducir al mínimo tus posibilidades de encontrarte con un atasco. ¡Sigue estos cinco consejos!
1. Evita las operaciones salida y llegada
Esto es lo más importante: en estas fechas, cuando la razón de los atascos no es un accidente u obras en la vía, normalmente se trata de una simple cuestión de preferencia horaria. Todo el mundo coge el coche para iniciar sus vacaciones a la misma hora, lo que hace que las carreteras se saturen. Si puedes, evita salir los días y horas clave y volver en el último momento. Si te gusta conducir de noche, aprovecha esas horas para viajar, o madruga e inicia tu travesía bien tempranito. Otra opción es retrasar o adelantar uno o dos días el viaje.
2. Localiza rutas alternativas
Echa un vistazo al mapa de carreteras y, si no tienes prisa (y “prisa” es una palabra que deberíamos eliminar de nuestro vocabulario cuando viajamos), escoge viajar por las carreteras menos transitadas. Además de evitar los atascos, es muy probable que descubras lugares que nunca habrías visto yendo por autopista. Recuerda, eso sí, que muchas veces la vía menos transitada es la autopista si esta es de peaje. Investiga un poco y averigua por dónde van todos los coches si estás en una zona que no conoces.
3. Usa la tecnología
Estamos en 2018 y vivimos pegados al smartphone, ¿cómo no iba este a ayudarnos también en una situación como esta? ¡Hay muchas apps que nos pueden ayudar! Desde Waze, en la que la información de tráfico es actualizada en tiempo real por los usuarios, hasta la oficial de la DGT, pasando por RACC Infotransit, Social Drive, Inrix Traffic o Vía Michelín. También puedes decirle a tu copiloto que busque en Twitter: ¡si hay un atasco seguro que hay también alguien quejándose de él!
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4. Aprende el vocabulario de los atascos del lugar en el que estás
Si estás viajando por un país cuyo idioma no conoces, estúdiate bien el vocabulario relacionado con el tráfico. Así podrás reconocer las señales luminosas de la carretera en las que digan “atasco en 5 kilómetros” y huir si estás a tiempo o incluso entender los informes de tráfico que escuches por la radio. Y aprender idiomas es siempre positivo, así que ¿por qué no empezar por lo más práctico?
5. Respira hondo y disfruta del viaje
Si a pesar de todos tus esfuerzos te ves atrapado en medio de un largo embotellamiento, intenta relajarte y seguir disfrutando. Habla con tus compañeros de viaje, aprovecha para subir la música y cantar (lo bueno de estar parado en un atasco es que moverte al ritmo de la música es menos peligroso que cuando vas a 120 km/h), y piensa en que no tienes prisa. Estás de vacaciones y esto es parte del viaje. No dejes que un atasco estropee tu buen humor.