Existe un lugar al sur de Sevilla en donde las aguas del Guadalquivir se funden con la tierra, y conviven más de 100 especies de aves que la acercan un poco más a las estrellas. Es el lugar en el que los pájaros parecen tocar flamenco y los cangrejos rojos dar palmas. Allí, a las puertas del Parque de Doñana y ocultos bajo el mayor arrozal de Europa, hasta los ciervos y los corzos, los caballos y los toros parecen que se van a arrancar por bulerías. Todo es arte y armonía incluso en los colores del paisaje, verdes y amarillos se combinan entre sí a la perfección para abrazarse sin pensarlo con el azul del agua y del cielo. Y en el ambiente conviven el olor a humedad y de las aguas con el frescor del aire limpio, el aroma a paella y un regusto ligeramente picante.
Es la auténtica Isla Mínima que Alberto Rodríguez pintó en su película y que se encuentra a menos de 25 minutos de Sevilla. ¿Te animas a subir el coche junto a Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo para descubrir todo lo que ocultan las Marismas del Bajo Guadalquivir?
Similitudes encontradas con La isla mínima
Desde el estreno de la película ‘La isla mímina‘, mucho se ha hablado de la atmósfera y de los paisajes, y a nadie se le han escapado las similitudes con ‘Bestias del Sur Salvaje‘, ‘Arde Mississippi‘ o con la más reciente serie de televisión ‘True Detective‘. Hay que decir en defensa de ‘La Isla Mínima’ que su rodaje comenzó antes de que HBO emitiera del primer capítulo de la ficción ambientada en las marismas de Luisiana, y el planteamiento de guión de la misma se escribió hace más de 10 años. Hay que reconocer que tienen tantas similitudes como diferencias, pero uno se debe quedar con que en ambas la naturaleza juega un papel protagonista, todos los secretos, sueños y ambiciones que oculta: Años 80, dos jóvenes hermanas de una familia obrera desaparecen en un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir y ahí comienza todo… (Aviso: a partir de aquí puede haber spoilers) y esta ruta por la Isla Mínima.
Y ahora, ¿por dónde empezar? Lo mejor es siempre por el principio. 20 de septiembre de 1980. Fecha que puede hacer pensar al espectador que se encuentra en las Fiestas Patronales de San Rafael en Isla Mayor, que se visitará más tarde en esta ruta, y sin embargo, la feria que aparece en la película se encuentra justo al otro lado del río Guadalquivir en el municipio de Las Cabezas de San Juan. No es ni siquiera un pueblo o una ciudad, se trata de Cotemsa, una empresa y del poblado que surgió a su alrededor.
La Compañía de Transformación y Explotación de Marismas SA era la propietaria de la popular marca Arroz Rocío, cuyo cartel publicitario aún hoy se puede ver en el poblado y que tímidamente se aprecia en la película de Alberto Rodríguez. El nombre quizá le venga de la réplica casi exacta de la imagen de la Virgen del Rocío que aguarda al visitante en la pequeña ermita que hay construida junto al molino y planta envasadora. No hay que olvidar que este es el mayor arrozal de Europa y tierra de otros cultivos de regadío como la remolacha o algodón. Casi todas las secuencias de los campos están rodadas en los terrenos, canales, pistas y senderos de los alrededores.
Y también en las cercanías de los poblados de Marismillas o El Torbal, en el vecino municipio de Los Palacios y Villafranca, ya de camino hacia el embarcadero de Coria del Río. Pero, ¡cuidado!, todas estas localizaciones se encuentran en la margen izquierda del Guadalquivir mientras que El Puntal, como también es conocida Isla Mayor, y la propia Isla Mínima están en la derecha. ¡Los guionistas de la película se olvidaron que hay que cruzar el Guadalquivir! Y lo que es peor… sólo se puede hacer, y más en los años 80 en los que está ambientada, a través del Puente del V Centenario en Sevilla o en la barcaza de Coria.
Desde 1970 llevan los Transportes Fluviales Coria SL, acercando las dos orillas y ahorrando tiempo y dinero a los habitantes y jornaleros. Ya no es necesario llegar a Sevilla para dar la vuelta y es realmente económico. Además, se da la circunstancia de que el padre de Estrella y Carmen, las niñas desaparecidas y asesinadas en la película, es uno de los empleados de este popular transporte. La flota de la compañía se ha ido ampliando con los años y en la actualidad hay otras empresas en la provincia que dan este servicio, pero esta es la Ruta de la Isla Mínima así que es mejor cruzar aquí el Guadalquivir, en unos minutos, desde el municipio de Dos Hermanas directamente a Coria del Río.
Cómo recuperar fuerzas por el bajo Guadalquivir
Tras el paseo en barco, nada mejor que unas tostadas o unos molletes con manteca colorá para reponer fuerzas. Es el desayuno más típico por esta zona y no hay bar que se precie en el que no ofrezcan esta pasta para untar hecha a base de manteca de cerdo salpicada con pequeños trozos de carne y aderezada con ajo, pimentón, orégano, laurel y otras especias. Un placer para los sentidos, lleno de energía, a la que la mismísima guitarra de Paco de Lucia dedicó algo más que unos acordes y unas notas en una de sus más célebres melodías.
Ahora, sí, en el lado correcto del río ya se puede visitar Isla Mayor, que presenta la típica estructura de los poblados de colonización de trazado regular, con una gran avenida que la recorre de Norte a Sur y todo rodeado de agua, canales y campos de arroz. No hay que olvidar que hace 5.000 años toda esta fértil tierra y las marismas se encontraban sumergidas bajo el mar. Aquí se centran los hechos centrales de la película y fue el cuartel general de Alberto Rodríguez y su equipo durante el rodaje. Es reconocible porque las fachadas de los principales edificios están pintadas en llamativos colores de muchas de las aves que habitan en las marismas, convirtiendo al lugar en Isla Pájaros, un auténtico museo al aire libre.
Aquí es muy fácil mirar al cielo y sorprenderse con el vuelo de garzas, garcetas, cigüeñas, cigüeñuelas, patos, grullas, gaviotas… Y en primavera deslumbrarse con la parsimoniosa danza de los flamencos rosas que tanto protagonismo tienen (en estas tierras encuentran refugio y alimento entre los arrozales). Como máximo exponente de esta pintoresca postal, a menos de 3 km, y por caminos llenos de grava y polvo, se encuentra el Brazo de los Jerónimos. Un amplio canal por cuyas aguas, cañas y juncos los agentes de la Policía Nacional se adentran en barca a un espacio inaccesible por carretera, muy cerca de Isla Mínima, y de dar caza al responsable de la desaparición de Estrella, Carmen y otras muchachas. Hoy en día es un lugar de práctica de piragüismo y de otros deportes náuticos.
En esas mismas aguas también vive el cangrejo rojo americano tan típico de la gastronomía del lugar. Hasta 15.000 kg se pueden sacar al día del río, pero sólo se puede probar en alguno de los tres restaurantes de Isla Mayor. La receta original los prepara con tomate, y ligeramente picantes, pero la verdadera estrella de la gastronomía local, como no podía ser de otra manera, es… ¡La paella del domingo y el arroz en sus mil y una formas de preparación! Una pista, el favorito de Javier Gutiérrez, protagonista de la película, es el arroz con pato, también muy abundante en la zona y tradicionalmente fuente de alimento, durante un tiempo fueron considerados como una plaga en las plantaciones.
Desde Isla Mayor, una caminata de unas tres horas y media llevará al visitante a recorrer Isla Mínima, sumergirse en su atmósfera y descubrir los paisajes que encierra el mayor humedal de Europa. Durante el recorrido, hasta la orilla del río Guadalquivir, a través del canal de San Isidro y sus nueve ramificaciones, construidas en 1910 por el Marqués de Casa Riera para la explotación agrícola de más de 2.300 hectáreas de terreno, se llegará al poblado de San Lorenzo y a la actual Finca Isla Mínima.
Un auténtico cortijo andaluz que llegó a tener 41 viviendas para los trabajadores, mercado propio, escuela, y hasta una ermita que bien merece, al menos, una visita rápida. La finca, cuidada hasta el más mínimo detalle, es uno de los pocos alojamientos que se pueden encontrar por los alrededores. Hotel con intenso sabor andaluz y Salón de Bodas de auténtico lujo, mantiene la explotación agrícola y, además, conserva intacta la tradición de la doma del caballo cartujano y de la cría del toro bravo en un ambiente natural privilegiado. Las ganaderías, Herederos de José Soler y Mauricio Soler Escobar son muy reconocidas y sus reses han sido lidiadas por Manolete, Bienvenida, Aparicio o El Cordobés.
Además, de la muerte en la ficción de Estrella y Carmen, la finca oculta otros muchos secretos, ¿te animas a conocerlos?