Da igual que oficialmente la primavera empiece en marzo, en todos nuestros cerebros el mes primaveral por excelencia es mayo. Es cuando de verdad empezamos a notar que las temperaturas suben, cuando la naturaleza explota en verdor y en flores, cuando el tiempo empieza a darnos un respiro y a permitirnos soñar con el verano.
Una idea de escapada perfecta para este mes es Córdoba, donde se celebra el Festival de los Patios, una oportunidad fantástica para echar un vistazo al interior de esos patios, ver todas sus flores y conocer la arquitectura típica cordobesa por dentro.
Pero ¿por qué limitarse a visitar la ciudad y sus patios? La provincia de Córdoba tiene muchos rincones que merecen una visita, por lo que lo mejor es alquilar un coche y lanzarse a descubrir todas esas maravillas. ¿Cómo? Te proponemos una ruta por 7 de sus pueblos más bonitos.
1. Belalcázar
Sube desde Córdoba por la N-432 hasta Belalcázar, casi en la provincia con Badajoz. Son unos 100 km, pero vale la pena solo por ver el Castillo de los Sotomayor, cuya torre, a 47 metros de altura, es la más alta de toda la Península Ibérica.
El pueblo es muy pequeño (unos 3.000 habitantes), pero su riqueza monumental, especialmente de la época medieval, lo convierten en uno de los imprescindibles de la provincia. El convento de Santa Clara de la Columna y la ermita de la Virgen de Consolación son también de visita obligada.
2. Fuente Obejuna
Desde Belalcázar, coge la A-422 y después la A-449 y N-432 hasta llegar a Fuente Obejuna, pueblo célebre gracias a Lope de Vega, que gracias a la obra de teatro dedicada al municipio tiene una estatua en la plaza principal, donde también hay que ver el ayuntamiento y la iglesia parroquial.
Es importante callejear entre las casitas blancas y, de nuevo en la plaza, imaginar a los vecinos representando Fuenteovejuna, algo que hacen cada año desde 1992 (normalmente en verano).
3. Hornachuelos
Seguimos hacia el sur por la A-3151 atravesando el Parque Natural Sierra de Hornachuelos. Para en Hornachuelos y, además de ver el pueblo e imaginar que eres Alfonso XIII paseando por la finca Moratalla, explora la sierra.
Hay numerosas rutas de senderismo, busca buitres negros (es la segunda colonia de Andalucía) e imagina a los linces ibéricos espiándote desde detrás de los árboles. Porque sí, el Parque Natural Sierra de Hornachuelos es de los pocos lugares en los que todavía hay linces ibéricos.
4. Almodóvar del Río
A unos 25 km de Hornachuelos, por la A-431, se encuentra Almodóvar del Río, famosa sobre todo por su fortaleza de origen musulmán que vigila el pueblo desde lo alto de una colina.
Las casas están situadas en la ladera de la colina y van bajando hasta el río, lo que hace que el pueblo esté lleno de callejuelas empinadas y rincones llenos de misterio. El casco antiguo, la parroquia de la INmaculada Concepción y la ermita de Nuestra Señora del Rosario y San Sebastián deben también ser visitadas.
5. Baena
Pasarás muy cerca de Córdoba, así que puedes aprovechar para visitarla si no lo hiciste al salir. Después, continúa hacia Baena, al sur de la capital, por la N-432.
Se trata de un clásico pueblo cordobés de casitas blancas que ocupan un cerro, con callejuelas estrechas llenas de cuestas y mucho patrimonio cultural e histórico. Además de ver el Castillo, del siglo IX, visita el Parque Arqueológico de Torreparedones, a unos 15 km del centro del pueblo.
6. Zuheros
Muy cerquita de Baena está Zuheros, uno de los pueblos más bonitos ya no de Córdoba, sino de Andalucía.
En el borde de la ladera norte de las sierras Subbéticas, extrañamente enclavado en un pico, es el ejemplo perfecto de pueblo de casas encaladas, calles sinuosas y empinadas, escaleras para trepar por el pueblo y rincones dignos de foto.
Su conjunto histórico está declarado Bien de Interés Cultural, tiene un castillo (cómo no) y una especialidad culinaria: los quesos de cabra. Cerca está la Cueva de los Murciélagos, famosa por sus pinturas rupestres neolíticas.
7. Priego de Córdoba
Otro de los pueblos más famosos de la provincia, en este caso por ser una especie de capital del Barroco cordobés (aunque su origen musulmán es también evidente).
Es llamada la “ciudad del agua” por sus múltiples manantiales y, de hecho, uno de sus monumentos más conocidos es la Fuente del Rey: una imponente fuente barroca de mármol construida en el siglo XIX para, por supuesto, aprovechar las aguas de un manantial. ¡139 chorros!
Foto de portada | Rafael Jiménez