Lisboa, la capital portuguesa es uno de esos lugares especiales que, en cuanto visitas, no puedes olvidar. Querrás volver una y otra vez, perderte por sus callejuelas, coger sus tranvías, escalar sus empinadas cuestas sabiendo que tendrás recompensa en forma de vistas, parar a tomar un café y un pastel de Belén…
Lisboa es también una ciudad llena de secretos, de maravillas escondidas que se descubren por casualidad al desviarse del camino marcado por las guías o cuando se va directamente a esos lugares. ¿Quieres alguna sugerencia? Estos son los 5 secretos de Lisboa que puedes descubrir en tu próximo viaje.
1. Estufa Fría (en el Parque Eduardo VII)
El Parque Eduardo VII es bastante popular entre los turistas, pero a muchos se les escapa pasar por Estufa Fría, un complejo de invernaderos y un umbráculo en los que se pueden ver muchísimas especies de plantas.
Situado en el mismo lugar en el que en el siglo XIX había una cantera de basalto, fue inaugurado en 1933. Está dividido en tres partes: Estufa Fría (con especies como la azalea o camelias; Estufa Quente (la parte caliente, con especies tropicales) y Estufa Doce (con cactus y otras suculentas).
2. LX Factory
Los amantes del arte y los distritos artísticos se enamorarán de Lx Factory: donde antes había fábricas, ahora hay tiendecitas de diseño, estudios de producción independientes, restaurantes, cafés, galerías de arte, librerías, etc.
Todo con un fondo industrial y decadente que hace que el lugar sea todavía más atractivo.
3. Mae D’Agua
El acueducto del siglo XVIII que cruza Lisboa es imposible de no ver, pero ¿te has preguntado dónde acaban sus aguas? Llegan a una bonita reserva llamada Mae D’Agua (Madre del Agua), situada en plenos Jardines de Amoreira.
Un complejo acabado de construir en 1834 y que era clave para abastecer de agua a Lisboa. Ahora ya no es necesario, pero su arquitectura sigue siendo impresionante: puedes visitar el edificio con sus arcos y columnas, ver el agua y subir a lo más alto para tener unas vistas fantásticas sobre Lisboa.
4. Ruinas romanas subterráneas
No mucha gente se imagina mientras camina por las callejuelas lisboetas que bajo sus pies hay túneles subterráneos que datan de la época romana.
En la Zona Baixa de Lisboa, bajo las rúas da Prata, da Conceiçao y Comércio, una serie de galerías con pasillos de unos 3 metros de altura muestran una parte de lo que en el pasado pudo ser un complejo mucho más amplio (se desconoce su extensión total).
Abren solo una vez al año, habitualmente en septiembre, cuando los bomberos retiran el agua que inunda las galerías y se realizan visitas guiadas durante tres días.
5. Miradores del barrio de Graça
El barrio de Graça es indispensable para ver la Lisboa típica y tradicional, pero también para asomarse a alguno de sus múltiples miradores y tener las mejores vistas sobre la ciudad. Además del Miradouro da Graça (el más conocido), hay otros como Senhora do Monte o Monte Agudo (ya en Anjos).
Intenta estar por ahí cuando caiga el sol y verás a qué nos referimos.
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