El Halcón Milenario como transporte
Para viajar a una galaxia muy, muy lejana, lo ideal sería hacerlo en el Halcón Milenario y llevar a Han Solo a los mandos y a Chewbacca de copiloto pero viajar a la velocidad tiene muchas desventajas. La principal es que no se pueden abrir las ventanillas para admirar los inquietantes paisajes de Naboo reflejados en su lago, ni recorrer los palacios en los que vivió la princesa Amidala ni, por supuesto, sentir el gélido frío de Hoth o Alderaan ni el cálido resplandor del fuego de Mustafar. Lo mismo sucedería al recorrer Tatooine, Endor, Kashyyyk y otros planetas de una galaxia en la que aún quedan muchos rincones por explorar. Lo mejor, por tanto, es hacerlo en coche para llegar hasta Sevilla, Nápoles, el lago di Como, Grindelwald, Hertfordshire, Matmata o al Valle de la Muerte en California y descubrir los auténticos escenarios de Star Wars. ¿Quién se apunta a esta misión? Por cierto, ¿sabes cuánto tardo en llegar La Guerra de las Galaxias a España?
¡Ozú, mi arma! A la quinta fue la vencida, o más bien a la segunda si se sigue el orden de las películas. La Guerra de las Galaxias también se vivió en España aunque fuera durante las 48 horas que fueron necesarias para grabar una intrascendente escena de apenas un par de minutos. ¿Un capricho de George Lucas? Anakin Skywalker y Padmé Amidala, o lo que es lo mismo Hayden Christiansen y Natalie Portman, pasean su amor junto a R2D2 por el palacio de la ciudad de Theed en el planeta Naboo pero, en realidad, todo el mundo sabe que lo están haciendo por la Plaza de España de Sevilla. Situada en corazón de la capital del Guadalquivir fue construida por Aníbal González como sede de la Exposición Iberoamericana de 1929 y destaca por los 200 metros de diámetro y su forma semielíptica. Sí, la magia del cine y de los efectos especiales le hace tener una perfecta forma circular en El Ataque de los clones pero el esto se mantiene prácticamente igual que como se puede ver en el Parque de María Luisa.
Descubre los secretos de Amidala
Siguiendo con la princesa Amidala, y sin bajarse del coche se podría decir que en Italia, han tenido mucha más suerte. Su imponente patrimonio arquitectónico ha servido para albergar alguna de sus más célebres residencias en Naboo empezando por el Palacio de Real de Caserta en Nápoles en cuyas 1.200 habitaciones, 34 escaleras y escalinatas y 143 ventanas exteriores vivió La amenaza Fantasma y su sucesora Jamilia, El ataque de los clones. Tampoco podía permanecer ajeno al rodaje la que es una de las zonas más exclusivas del mundo y en la que otro George, en este caso Clooney, tiene una de sus mansiones más cotizadas. Junto al Lago di Como (Milán) y reflejándose en sus aguas se suceden lujosas villas como Balbaniello en donde bajo las enredaderas y en sus rincones con vistas al infinito se juraron amor eterno Anakin y Amidala durante la boda más galáctica de todos los tiempos. No hará falta ni recordar que la boda fue secreta y que en la ficción era el Varykino en Naboo.
Mustafar. De camino a Túnez siempre se puede hacer una parada en Sicilia porque el siempre inquieto Etna y sus repentinas erupciones sirvieron como fondo en una de las escenas de acción más relevantes de toda la saga: la lucha entre Obi-Wan Kenobi y Anakin. Relevante, por la transformación del personaje, representada por la incorporación de la característica armadura de Darth Vader que tuvo que empezar a utilizar. Ya en África, preparen sus moto-jets o sus coches porque hay mucho que ver. Túnez es Tatooide desde el principio hasta el final, incluso en la aldea bereber más recóndita. Sí, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Tataouine, curioso su parecido con el planeta al que representa, se encuentra el pueblo de Matmata, hogar de Luke Skywalker, y la granja en la que creció junto a sus tío. Un excelente ejemplo de arquitectura troglodita con cuevas excavadas directamente en la roca con más de 15 metros de diámetro y 7 de profundidad. Esta disposición de las casas protege a sus habitantes tanto del frío como del calor.
Además, si eres capaz de llegar hasta allí te puedes alojar en la propia granja Lars que en realidad es el hotel Sidi Driss donde podrás dormir como todo un Jedi para reponer fuerzas para todo lo que aún queda por ver. Seguro que aquí es imposible no soñar con Jawas y Tusken Raiders. Precisamente, los Jawas capturaron a R2D2 en el que ya es conocido como el Cañón de Star Wars y en los alrededores de las quemadas tierras del lago de Chott El Jerid se rodaron muchos de los exteriores de un joven Skywalker. Por cierto, ¿recuerdas cuando conoció a Han Solo y ahí comenzó todo? Fue en la cantina de Mos Eisley que se encuentra en la isla de Jerba al igual que la casa de Obi Wan Kenobi o del ya mítico Muelle de embarque 94. Además, no hay que olvidar los riscos y los profundos cañones que se pueden contemplar desde el oasis Mides y que Anakin recorrió a toda velocidad en su vaina de carreras. No hay duda de que los desolados paisajes de Tatooine es todo Túnez. ¿Se te ocurre algún lugar mejor? Para la séptima entrega de La Guerra de las Galaxias se habla de Abu Dhabi. ¡Lo comprobremos!
El norte del Viejo Continente tampoco ha escapado a la galáctica invasión de George Lucas. Los bosques de Naboo en los que Qui Gon Jinn, Obi-Wan Keobi y Jar Jar Binks se reúnen en La amenaza fantasma están en Whippendell (Reino Unido). Seguro que a estas alturas película cualquiera estará pensando que todas las localizaciones en Europa son de la última Trilogía. No es cierto. En Grindelwald (Suiza) se rodaron las escenas de Alderaan antes de que fuera destruido por la Estrella de la Muerte, y en el glaciar de Hardangerjokulen (Noruega) todas las secuencias del planeta glaciar Hoth de El Imperio Contraataca, incluida en la que entre el frío y la ventisca Luke vaga entre la nieve después de escapar de la cueva de los wampa. ¿A qué esperas para visitar todos estos lugares? ¡Que la fuerza te acompañe! Por cierto, ¿sabrías cuál el lugar más visitado del mundo relacionado con Star Wars? Es… ¡Legoland!