A lo largo y ancho de la península, se esconden ríos espectaculares para refrescarte, donde darse un chapuzón en entornos naturales repletos de vegetación y aguas cristalinas, rincones con encanto para nadar y chapotear en mitad de la naturaleza: planes para que en este verano no todo sea playa. ¡Arrancamos!
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Río Lozoya (Presilla de Rascafría, Madrid)
Comenzamos la ruta junto al cauce del río Lozoya, muy cerca de Madrid. Un río con numerosas pozas naturales donde habitan truchas, la fauna de estas aguas límpidas y… ¡Muy frías! Quizás por la baja temperatura del río debe su nombre la presilla de Rascafría una vía de escape natural para los madrileños: son tres piscinas naturales con vistas al Pico Peñalara, en mitad del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. Y si se quiere completar un día de chapoteos con un paseo cultural, el cercano Monasterio del Paular permite visitar su histórico claustro. Para recorrer la zona, aconsejamos alquilar un coche y descubrir todos los secretos que esconde este paraíso refrescante al lado de Madrid.
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Río Galindón (San Nicolás del Puerto, Sierra Norte, Sevilla)
Si hay alguien que sabe cómo refrescarse para sofocar las altas temperaturas en verano, ése es el pueblo sevillano. La provincia cuenta con un sinfín de ríos donde combatir el calor; pero el municipio de San Nicolás del Puerto, a 90 km de Sevilla, en plena Sierra Norte, puede presumir de una moderna playa fluvial a orillas del río Galindón, rodeada de vegetación casi salvaje y cerca de las cascadas del Huéznar, declaradas Monumento Natural.
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Orellana (Badajoz)
De Sevilla viajamos al corazón de Extremadura, a los pies del pueblo pacense de Orellana La Vieja, en plena Sierra de la Serena. Un embalse que merece ser incluido en esta lista porque cuenta con una playa de agua dulce con bandera azul, la única playa de interior que cuenta con esta distinción en España: un escondite perfecto para los amantes de la ornitología, ya que forma parte de una Zona de Especial Protección para las Aves. Pero si lo tuyo es la pesca, en sus aguas habitan black bass, carpas, lucios y barbos y además, se pueden practicar deportes náuticos como el windsurf, la vela o el piragüismo.
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Los Pilones (Garganta de Los Infiernos, Cáceres)
Seguimos en Extremadura, pero cambiamos de provincia para adentrarnos en pleno corazón del Valle del Jerte: el paraje esconde un río que moldea de tal forma la roca que deja en su paso de erosión un paisaje plagado de altos de agua y piscinas naturales, arroyos, cascadas y pozas. Un escondite natural y espectacular, tras el que podéis reponer fuerzas en Cáceres.
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Río Ibia, Covalagua (Revilla de Pomar, Palencia)
Nos vamos al norte del país, al extremo nororiental de la provincia de Palencia, muy cerca de Burgos y Cantabria, para asistir al nacimiento del río Ibia en la cueva de Covalagua. Tras aparecer por la boca de ésta, discurre por pequeñas y atractivas cascadas hasta la balsa reguladora que sirve de piscina natural para los visitantes que, después del chapuzón, pueden compartir su merienda con los corzos que se acerquen al vallado del Espacio Natural de Covalagua, que protege un excepcional paisaje kárstico. Además podemos visitar otra cueva, más conocida que la de Covalagua: la de Los Franceses, perfectamente acondicionada para poder visitarla, con grandes salas y formaciones hipogeas difíciles de encontrar en la península.
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Lago de Bolarque (Almonacid de Zorita, Guadalajara)
Dejamos Castilla y León para conocer un rincón de la provincia de Guadalajara: los mares de Castilla, los que forman los embalses de Entrepeñas y Buendía junto al Lago de Bonarque. Un lago ubicado en la confluencia del río Tajo con el Guadiela, encajonado en las laderas boscosas de la sierra de Altomira, y cuenta con un microclima que favorece que haya una temperatura muy agradable. Sus más de 50 kilómetros de costa lo han convertido en uno de los baños de interior más apreciados por los amantes de las actividades acuáticas y de la pesca deportiva.
Foto de portada: Valle de Lozoya.eu