Llegan el otoño y el invierno y con él las lluvias. Aunque nuestra primera reacción cuando empiezan los días lluviosos es la de refugiarnos en casa y no querer salir hasta que llegue la primavera, cuando pasa algo de tiempo nos damos cuenta de que no es muy divertido (y posiblemente tampoco sano). ¿Te gusta conducir con lluvia?
Las ganas de mundo, de ver cosas nuevas, de conducir por carreteras desconocidas vuelven a nosotros. ¿Cómo dejar que unas simples gotas de agua nos encierren en casa?
Dentro del coche no nos mojamos y, para qué negarlo, hay lugares que es muy interesante ver con lluvia. Bosques frondosos, pueblos de mar, la piedra de Santiago de Compostela (donde, no lo olvides, la lluvia es arte).
Eso sí, antes de lanzarte a la carretera, ten en cuenta que las precipitaciones exigen también tener algo más de cuidado. Estos son 7 consejos para conducir con lluvia:
1. Vete más despacio
Cuando llueve mucho la visibilidad de la carretera se reduce: tenemos que buscar el horizonte entre gotas de lluvia, y muchas veces está todo lleno de niebla.
Los límites de velocidad cambian e ir más despacio es casi un acto reflejo, perfecto también para evitar derrapes sobre el agua, para que nuestras reacciones bruscas ante algo que vemos demasiado tarde sean menos peligrosas y para no salpicar a todo el que se atreva a acercarse a dos metros de nosotros.
2. Amplía la distancia de seguridad
La lluvia no solo hace que reaccionemos algo más tarde, sino que además suele hacer que al frenar recorramos más metros que cuando el pavimento está seco.
Cúrate en salud y mantente algo más lejos del coche que te precede para tener más margen de reacción y freno. Además, evitarás recibir en tu parabrisas el agua que salpica ese vehículo que va delante de ti.
3. Sé siempre visible
Enciende las luces, tanto para ver tú, como sobre todo para que otros te vean. ¿Cuáles? Las de cruce y, si la lluvia es intensa, las de niebla traseras.
Si vas a adelantar, asegúrate de que el vehículo que tienes delante te ha visto y conoce tu intención (y, claro, que no viene ningún coche de frente).
4. Cuidado con la pintura blanca
La clásica pintura blanca con la que se pintan los pasos de cebra o las líneas de las carreteras tiene un gran problema cuando empieza a llover: al estar mojada, resbala mucho.
Evita pisarla siempre que puedas y, si es inevitable, asegúrate de ir con mucho cuidado sobre ella, despacito y sin frenar.
5. Evita el aquaplaning
Uno de los mayores peligros que crea la lluvia en las carreteras es el riesgo de aquaplaning, haciendo que pierdas el control del coche, que se desliza por una fina capa de agua entre los neumáticos y la carretera. Aunque nuestros reflejos si nos vemos en esa situación querrán que frenemos, es lo último que debemos hacer.
Levanta con calma el pie del acelerador y, sobre todo, céntrate en mantener el volante bien firme. No intentes cambiar de trayectoria hasta que notes que el coche ha vuelto a pisar el pavimento.
6. No hagas movimientos bruscos
Todo debe ser más suave al conducir bajo la lluvia. Si ya nunca se recomienda dar frenazos o acelerones, cuando llueve estos deberían estar directamente prohibidos.
Evitarás salpicar a todos los que tienes alrededor y tu comportamiento será más lento y predecible, algo muy importante cuando tenemos poca visibilidad y la adherencia de los neumáticos es menor.
7. Descansa
Conducir bajo la lluvia requiere una mayor atención y concentración que hacerlo con buen tiempo, por lo que la fatiga te atacará antes. Haz más descansos y, si se pone a llover mucho y hace que conducir sea incómodo, para un rato hasta que escampe. ¡No hay prisa!
Y sobre todo disfruta del viaje…