El Caminito del Rey, ubicado en la ciudad de Málaga, provincia de Andalucía, ha sido hasta hace muy poco considerado uno de los recorridos más peligrosos del mundo. Su longitud es de casi 8 kilómetros, los cuáles se recorren caminando por pasarelas construidas en desfiladeros a más de 100 metros de altura. Es indudablemente una experiencia única.
Hoy en día, la ruta está totalmente rehabilitada, habiendo sido galardonada con el Premio Europa Nostra por fomentar la conservación del patrimonio. Y aunque ahora recorrerla es mucho más segura, lo que no ha cambiado es la fabulosa experiencia que te llevas a casa después de haberla realizado.
De lo que estamos seguros es que si te animas a realizar este recorrido, sentirás la necesidad de tener información previamente. Por eso, ¡vamos a ello!
Para empezar te contaremos que a esta ruta del sur de España puedes acceder desde los municipios de Ardales o Álora. Una vez llegues a una de estas dos localidades, pregunta por información turística y te informarán de todo.
La ruta transcurre por donde pasa el río Guardalhorace, en el Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes y alcanza los 700 metros de profundidad. Se trata de un cañón natural excavado por el río, por lo que la panorámica de la que van a disfrutar tus ojos te va a maravillar.
Del total de los 8 kilómetros de longitud, 4,8 son de accesos y 2,9 son de pasarelas. También hay un túnel paralelo a las pasarelas del Desfiladero de los Gaitanes que funciona como alternativa. Mide aproximadamente 300 metros, siendo 285 interiores y 15 exteriores y se sitúan exactamente en el Valle del Hoyo.
Mientras lo recorres, si tienes suerte, podrás avistar alguna de las muchas especies de aves que habita en esta zona y, por descontado, disfrutarás seguro de su maravillosa flora.
Saca la cámara y hazte uno de los más impactantes selfies de tu vida. Las vistas nunca las olvidarás.
¿Cómo se hizo el Caminito del Rey?
El Caminito del Rey se construyó entre 1901 y 1905 con el objetivo de unir entre sí el Santo del Chorro y el Salto el Gaitanejo, dos saltos de agua hidroeléctricas. Lo que se pretendía era permitir el paso de uno a otro Salto de operarios y materiales, y proporcionar mayor vigilancia a las instalaciones.
Algo indudable es que para construir el camino se tuvieron que encontrar ante muchas dificultades y más refiriéndonos a aquella época. El principal inconveniente es que los obreros tuvieron que trabajar suspendidos sobre el vacío, simplemente atados a cuerdas que estaban sujetas a la parte alta de los acantilados.
Uno de los rumores que se escuchan, es que este trabajo lo realizaron presos condenados a pena de muerte, ya que eran los únicos capaces de arriesgar su vida de tal modo a cambio de redenciones en su pena. Algo nunca demostrable.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que en esta obra y en otras muchas del pantano, trabajaron marinos malagueños, acostumbrados a colgarse de las cuerdas de sus embarcaciones.
Las visitas del Caminito del Rey no siempre han sido tan afluyentes.
Cuando el Embalse del Conde de Guadalhorce estaba en construcción entre los años 1914 y 1921, las visitas a esta zona eran muy frecuentes. El jefe del embalse tenía amigos y familiares que no dejaban de hacerse ver por allí, además de personas interesadas en el progreso industrial de Málaga.
Benjumea, jefe del embalse, era gran amante de la naturaleza. Se quedaba fascinado ante las vistas que podían contemplarse desde los diferentes puntos del camino y, por ello, decidió que el acceso y recorrido del camino fuese cada vez más cómodo, siempre dentro de sus posibilidades. Ordenó mejorar el Camino del Rey y mandó reformar el puente entre los dos lados del desfiladero.
Este puente es pequeño y es visible desde la carretera que une Álora y el Embalse del Conde del Río Guadalhorce. Este punto es una de la imagen más reproducida de la provincia, denominándose Balconcillo de los Gaitanes.
Como no podía ser de otro modo, este Balconcillo también tiene su propia leyenda que sabrá cualquier lugareño con el que hables. Se trata de la trágica muerte de una joven inglesa rubia que se despeñó acantilado abajo, montada en un caballo blanco. Se dice que lo hizo cuando no podía soportar más su propia vida. Lo cierto es que nadie ha sido testigo de ello ni puede fechar el acontecimiento.
Cuando llegó el año 1921, el Rey Alfonso XIII recorrió la totalidad del caminito por motivo de la inauguración de la presa acabada del pantano del Chorro, posteriormente denominada del Conde de Guadalhorce, y es desde entonces, que al camino lo bautizaron con su nombre actual: el Caminito del Rey.
Desde aquél entonces, se ha ido manteniendo dentro de las posibilidades de la época pero el paso de los años no perdona. Es por ello que en los últimos años la falta de mantenimiento hizo que el Caminito del Rey fuera intransitable. Varias zonas del suelo desaparecieron, quedando sólo los restos de la viga. Había agujeros en el pavimento, barandillas destruidas y, por descontado, falta de seguridad en todo el camino.
Aun así, todos estos aspectos atraían a muchos excursionistas que veían en el peligro un motivo para visitarlo. Pero después de varios accidentes mortales entre el año 1999 y 2000, la Junta de Andalucía cerró los accesos y mandó demoler el tramo inicial para impedir cualquier tipo de paso de los excursionistas.
Pero después de esta decisión, numerosas asociaciones de la provincia así cómo los Ayuntamientos de Álora y Ardales, reivindicaron con mucha insistencia la recuperación del camino. Realizaron estudios previos y diversos proyectos para su completa restauración durante el año 2007 pero no fue hasta el año 2014 cuando comenzaron a adjudicarse los contratos en relación a los trabajos de restauración.
Una vez alcanzado el mes de marzo de 2015 por fin pudimos disfrutar de nuevo Caminito del Rey. A partir de este momento ya con la certeza de ser un lugar totalmente restaurado, acondicionado para vivir una experiencia maravillosa y absolutamente seguro.
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